Formación
Quiénes somos
La Fundación Pía Aguirreche para los cuidados paliativos se constituyó en verano de 2022 por iniciativa de la familia Galíndez Aguirreche. El objetivo fundacional es mejorar la vida de los pacientes en fase terminal. Para conseguirlo es necesario impulsar la disciplina paliativa en el plano profesional y a la vez promover en la sociedad los valores de la cultura paliativa.
Con este planteamiento la Fundación Pía Aguirreche centra su actividad en la divulgación, mediante conferencias, libros y artículos; en la formación en cuidados paliativos de cuidadores con conocimientos médicos previos y sin ellos; y también en la promoción financiando proyectos alineados con los objetivos de la fundación.
«Cuando el ser humano sufre siente la necesidad de desarrollar su mundo afectivo»
El centro de la medicina paliativa es la persona que sufre. Pero antes de abordar las cuestiones ¿qué es sufrir? ¿quién sufre? ¿qué es el sufrimiento? es conveniente que dediquemos unas líneas al enfermo como persona porque en muchas ocasiones se nos suele olvidar cuando estando ante un enfermo dedicamos más tiempo a manejar nuestro ordenador, revisar las radiografías o el resultado de los análisis que a la persona que tenemos delante y que ha acudido a nosotros pidiendo ayuda.
Pía Aguirreche
No es fácil describir a Pía Aguirreche en una breve reseña biográfica. El retrato que acompaña a estas líneas dice ya mucho de ella. Un ser alegre, inteligente, con un sentido del humor muy agudo, y a la vez una persona sensible, compasiva, interesada por los demás.
Fue la tercera de diez hermanos. Aprendió en la escuela de las familias numerosas a compartir, a que todo se aprovecha y nada se desperdicia, la importancia de la familia como soporte vital y social, la solidaridad como parte fundamental de la convivencia.
Se licenció en Medicina, pero nunca la ejerció de manera continuada, salvo en la atención primaria a toda su extensa familia.
Como enferma, rara vez se quejaba, a pesar de las pruebas que tuvo que pasar. Estuvo al tanto de todos los diagnósticos de su enfermedad, sabía que no tenía curación y los tiempos probables de su evolución, pero en ningún momento renunció a disfrutar de la vida en los formatos que le iban quedando. Estar con familia y amigos, viajar,
preocuparse por los demás, disfrutar con hijos y nietos, bajar a la playa y bañarse en artilugios preparados para personas con discapacidad, no renunciaba a nada.
Para su familia, los años de su enfermedad fueron dramáticos porque sabíamos que se iría pronto, pero a la vez muy felices porque intentamos todos disfrutar de su tiempo, de su alegría, de su compañía y ella con nosotros. Aunque no sabíamos suficiente de la cultura paliativa, intentamos a nuestra manera, no sólo quererla, cuidarla y acompañarla, sino también disfrutar con ella de esa vida ordinaria, que a veces nos parece poco interesante, pero cuando se sabe escasa, se aprecia como si fuera el mejor tiempo del mundo.
Pía Aguirreche ha sido nuestra inspiración y referencia al inicio de este reto y estará, seguro, muy orgullosa de empujar con su nombre y su ejemplo esta fundación que nace para ayudar a los enfermos en fase terminal, formando a las personas que les cuidan, y para ayudar también a la sociedad en general divulgando la Cultura Paliativa.