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Dra. Pilar Arranz Carrillo de Albornoz

Especialista en psicología clínica y de la salud. Trabajó treinta años en el Servicio de Hematología del Hospital Universitario La Paz como psicólogo adjunto. Máster en cuidados paliativos Facultad de Medicina  (UAM) con los que colaboró hasta que se jubiló. Directora del curso: Afrontando el Proceso de Morir en la Escuela Nacional de Sanidad. Miembro 1ª junta Directiva SECPAL con los que participó en los inicios de la formación y difusión de los Cuidados Paliativos. Con el equipo de R Bayés, P Barreto, J Barbero y E Gª Huete ha introducido el counselling en los cuidados paliativos.

Conectarse para escuchar, entender y atender en momentos muy valiosos

Comunicarse es una experiencia biográfica vital que, normalmente, no mejora por sí misma a no ser que se entrene. Es difícil ser conscientes de su importancia, pues nos comunicamos de un modo automático desde la infancia. ¿Para qué entrenarse? Porque las consecuencias de comunicarse de un modo u otro pueden ser terapéuticas, beneficiosas o iatrogénicas, especialmente en situaciones de sufrimiento. Sin comunicación eficaz no hay encuentro y, sin encuentro, la relación clínica entre profesional y paciente se puede convertir en un intercambio de palabras vacías.  La propuesta que hacemos se basa en: darse cuenta de cómo nos comunicamos y si coincide con cómo nos queremos comunicar, aceptando lo que podemos o no podemos cambiar. Para ello, sugerimos dos estrategias:

  1. Un protocolo básico de comunicación que llamamos la escalera, basado en el counselling y la gestión emocional.
  2. Su aplicación en una situación difícil cuando se ha de compartir malas noticias: Protocolo de la Acogida. Como síntesis, nos puede ser útil el pensamiento de Confucio (450 AC) que tiene relevancia en nuestra metodología actual: toma de decisiones compartidas, centradas en el paciente y su familia: “Cuéntame y se me olvidará, muéstrame y puede que recuerde, involúcrame y entenderé”.

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